a). Las visitas deben adaptarse a la rutina y hábitos en casa. Esto facilitará la convivencia con la persona durante las fiestas y después podrá regresar más fácilmente a la normalidad, sin decaimientos emocionales o conductas graves.
b). Si la persona tiene terapias deben continuar. Es normal que queremos vacaciones, pero suspender las terapias puede empeorar su salud. Sostenlas lo más posible.
c). Adapten las fiestas a una convivencia incluyente. Muchas personas que viven con demencia pueden tener problemas para seguir una conversación. Esto no significa que le aíslen, al contrario, deben integrarle, pero sin abrumarle con muchas voces, ruido, música fuerte o luces. Llévale a descansos por ratos, si está de buen humor y descansado seguro todos disfrutarán de una velada agradable.