Siendo una enfermedad degenerativa, su tratamiento dependerá del grado de incapacidad de cada paciente. El inicio suele ser farmacológico y es necesaria la supervisión constante para determinar el éxito del medicamento.
Sin embargo, existen alternativas de tratamiento no farmacológico que generan grandes beneficios en la persona, como la fisioterapia y la estimulación cognitiva, las cuales favorecen al desarrollo de las actividades cotidianas de la persona.