Lamentablemente sí. Una presión arterial no adecuada puede llegar a causar daños irreversibles en las arterias de todo el organismo, y el cerebro es muy sensible a estos cambios y daños. Al incrementarse la presión del flujo sanguíneo a causa de algunas placas de grasa que se forman en las arterias, pueden ocurrir uno o varios infartos cerebrovasculares, lo cual ocasiona muerte neuronal, pérdida de algunas funciones del organismo, y finalmente demencia de tipo vascular.