El proceso de diagnóstico de las demencias en México
Detectar a tiempo el deterioro cognitivo en una persona mayor puede marcar la diferencia en su calidad de vida.
México es uno de los países latinoamericanos con mayor prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias y una incidencia de 27.3 (1,000 personas por año). Las demencias se asocian a otras enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial y a factores de riesgo como sedentarismo, malos hábitos alimenticios y consumo de tabaco, por mencionar algunos. Si se detectan alteraciones cognitivas de manera temprana, se intentará retrasar o detener la progresión de un proceso demencial, permitiendo establecer un plan y tratamiento para el paciente y la familia.
Para esto, es fundamental la aplicación de instrumentos o pruebas cortas para evaluar el funcionamiento cognitivo del paciente. El chequeo deberá ser de manera periódica para identificar cambios en la cognición. Estas pruebas serán realizadas por parte del personal de salud capacitado (gerontólogos, geriatras, neuropsicólogos, entre otros profesionales de la salud).
Para esto, es fundamental la aplicación de instrumentos o pruebas cortas para evaluar el funcionamiento cognitivo del paciente. El chequeo deberá ser de manera periódica para identificar cambios en la cognición. Estas pruebas serán realizadas por parte del personal de salud capacitado (gerontólogos, geriatras, neuropsicólogos, entre otros profesionales de la salud).
Síntomas del deterioro cognitivo
El deterioro cognitivo presenta signos y síntomas que pueden ser identificados también por el mismo paciente o los familiares, entre los que destacan:
- Deterioro de la memoria: problemas para recordar situaciones recientes o a sus familiares.
- Problemas para llevar a cabo tareas domésticas o perdida de la independencia.
- Cambios en el comportamiento o la personalidad: cambios de humor o presencia de sintomatología depresiva.
- Dificultad en el lenguaje: encontrar palabras en específico o problemas para escribir.
- Dificultad para concentrarse, planificar o resolver problemas.
- Desorientación: confusión con respecto a los lugares, el paso del tiempo o de su misma información personal.
- Dificultad visual y de espacio: problemas al medir la distancia de los objetos o conducir.
- Mal juicio al tomar decisiones.
- Problemas de socialización: aislamiento en compromisos sociales o laborales.
Qué hacer ante los síntomas
Si se identifican alguno de estos síntomas, se deberá acudir con un médico capacitado (neurólogo o geriatra) para hacer las pruebas correspondientes y realizar el diagnóstico. El médico seguirá algunos pasos para descartar la enfermedad o diagnosticarla y dar el seguimiento correspondiente, los cuales son:
- Historia clínica. Se lleva a cabo la anamnesis que es la recopilación de los datos del paciente como antecedentes heredofamiliares, antecedentes personales no patológicos y patológicos, así como el motivo de consulta. Después se realiza un interrogatorio por aparatos y sistemas, se revisan los síntomas que refiere el paciente y los signos que comprueba el médico en el aspecto neurológico, cardiovascular, torácico, gastrointestinal, neumatológico, área genital, piel, etc. Posteriormente, el médico realiza una exploración física, que es la inspección del comportamiento del paciente, los signos vitales, así como la palpación, auscultación (exploración de los sonidos provenientes del interior del organismo) y la percusión. En este apartado, el médico puede ayudarse con pruebas complementarias como exámenes generales de laboratorio, radiografías, tomografías, resonancia magnética nuclear o electros para un mejor diagnóstico.
- Valoración funcional. Después el médico realiza algunas preguntas para medir el grado de dependencia en las actividades básicas (baño, continencia, vestido, alimentación, higiene, traslados, etc.) e instrumentales (cuidado del hogar, administración de medicamentos, uso del teléfono, uso y manejo del dinero, etc.) del paciente. También hará una valoración de la marcha y el equilibrio.
- Valoración cognitiva. El médico realiza una examinación del estado mental, aplicando algunas pruebas para ver el estado de la memoria, el lenguaje, la percepción visual, cálculo, funciones ejecutivas y la atención del paciente.
- Valoración psicológica y social. El médico realiza algunas preguntas para saber cómo se encuentra el área social del paciente y si presenta sintomatología depresiva, ansiosa u otra afección psicológica.
- Valoración nutricional. Se realizan algunas preguntas para saber si ha perdido peso, aumentado y como es su alimentación.
Una vez realizadas estas valoraciones, el médico comparará los hallazgos con los síntomas referidos por el paciente y sus familiares para conocer si los cambios corresponden a un deterioro cognitivo, a una demencia o sean provocados por alguna otra situación como medicamentos u otras enfermedades.
Ya encontrada la causa de los síntomas referidos, el médico realizará el diagnóstico y explicará la enfermedad; asimismo, ofrecerá un plan farmacológico y no farmacológico para el paciente y sus familiares. Puede ser referido a otros profesionales de salud para el manejo integral del paciente con un tratamiento personalizado.
La estimulación cognitiva, rehabilitación física, atención psicológica y nutricional pueden ser áreas que se incorporen a la vida del paciente, dependiendo de sus necesidades.
Para los familiares será importante el acompañamiento e instrucción en el día a día por parte de profesionales, para que puedan resolver sus dudas y puedan llevar un mejor manejo de la enfermedad, tanto física como emocionalmente; brindando así, un apoyo emocional y social para la familia.
Muy interesante este tema de prevención, muy bien explicado, ahora ya sabré que debo hacer ante una situación de sospecha de alguna demencia. Muchas gracias por compartir