El valor de las redes de apoyo en la vejez

El ser humano es considerado un ser biopsicosocial, es decir, está constituido por características biológicas (físicas), psicológicas (deseos, conductas, etc.) y sociales (reglas a seguir, convivencia, redes de apoyo y formas de participación en sociedad).

Estas tres dimensiones (biológica, psicológica y social) se encuentran estrechamente ligadas y permiten al ser humano desarrollarse armónicamente a lo largo de su ciclo vital, de las cuales hay características que van cambiando en cada una de las etapas de dicho ciclo.

En este blog hablaremos únicamente de la dimensión social, específicamente de las redes de apoyo en la etapa de vejez. Comencemos por definir qué es una red de apoyo. Estas palabras hacen referencia a un tejido que da sostén, pertenencia, contención y estructura, ya que permite al individuo desarrollarse mediante vínculos interpersonales con los que se practican valores como la solidaridad, respeto, reciprocidad, no violencia, acción voluntaria, entre otros.

Por lo tanto, las redes de apoyo son un conjunto de relaciones que integran a una persona con su entorno social y lo que comparten favorece la comunicación para resolver ciertas necesidades.

Áreas de apoyo de dichas redes

Las redes de apoyo pueden reducirse o extenderse al bienestar físico, material o emocional de sus integrantes.

  • Emocionales: Muestras de afecto, compañía, empatía, escucha, etc.
  • Instrumentales: Ayuda en las actividades que requieren del cuidado de una persona o un espacio, como en las labores del hogar, hacer compras, etc.
  • Cognitivos: Información, intercambio de experiencias, consejos, etc.
  • Materiales: Comida, ropa, dinero, alojamiento, etc.

Clasificación de las redes de apoyo

Formales: Constituidas por organizaciones públicas, a nivel federal, estatal y municipal, que tienen la función de orientación, información, atención en salud, capacitación, defensión de derechos etc.

Informales: Las primarias que están constituidas por familia, amigos y vecinos, cumplen las funciones de cuidado, socialización, afecto, reproducción, etc. Las secundarias en cambio, están conformadas por grupos recreativos, religiosos, comunitarios, relaciones laborales o de estudio que cumplen las funciones de compañía social, apoyo emocional, guía cognitiva, consejos, etc.

Las redes de apoyo social en la vejez

Conforme la edad avanza puede ocurrir una disminución de la funcionalidad y por ende incrementa la dependencia. Por ello es necesario generar lazos de solidaridad intergeneracional.

  • La pertenencia contribuye al mantenimiento de la autonomía y autoestima, así como en la identidad social.
  • Constituyen una importante fuente de apoyo en situaciones de aislamiento, soledad, enfermedad, abandono, crisis
  • Las redes favorecen el intercambio de información, compañía, seguridad, etc.
  • Propician espacios de debate sobre necesidades en común y propuestas de mejora a nivel social.
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Yolanda J. Regín Tovar
Licenciada en Gerontología. Terapeuta Cognitivo y colaboradora en Plenitud y Alzheimer A.C.

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