Desde la intimidad de tu hogar nos permites adentrarnos y compartir como profesionales y principalmente como personas, contigo, con tú mama, tú papá, tus hijas e hijos, con cada miembro de la familia.
Sabemos que nos recibes con miedos, inseguridades y también al principio con incomodidad, lo sabemos, nos sentiríamos igual si alguien extraño entrara a nuestra casa, tuviera que convivir con nuestros padres o pareja.
¿Qué hará? ¿Cómo lo tratará? ¿En verdad me puede ayudar?
Entendemos también que te vemos cansada (o), te vemos en un momento en el que puedes sentirte juzgada, después de todo, es cierto, tu cuidas a tu familiar por amor y compromiso, nosotros lo hicimos con preparación, pero sabes…
Nosotros hemos venimos a acompañarte, a dar soporte a algo que tú has construido con tu familia. Sabemos que si te cansas, si te frustras, si te irritas o te angustias, es simplemente el hecho de que esto lo vives de forma personal y que todos los cuidadores hacen lo mejor que pueden. Nadie nos prepara para este papel de cuidador principal.
Sabemos también que sentirse responsable de la salud de un ser querido es una gran tarea, que tú cargas con lo mejor que tienes, con toda tu fortaleza personal y con toda tu esencia, al grado que puede llegar a desgastarte.
A veces te encontramos ansiosa, a veces firme, a veces cuestionada por otros, pero siempre te encontramos a ti, al pie del cañón.
Haz este ejercicio mental:
Imagínate que hoy no fueras tú el cuidador, pero que con todo lo que ya has vivido y experimentado, vieras a alguien más en ese lugar:
- ¿No sentirías admiración por esa persona que cuida 24hrs 7días a la semana a su familiar?
- ¿Si lo vieras desesperado no correrías a apoyarlo?
- ¿No lo abrazarías o buscarías darle un descanso, sabiendo todo lo que carga?
ESTO es lo que queremos que reconozcas, valorares y sientas por ti; es incluso lo que nosotros sentimos por ti, desde el respeto y reconocimiento por todo lo que ya haces y vives, sin detenerte.
Reconoce en ti misma (o) esas capacidades que has desarrollado, el lenguaje particular que ahora le conoces a tu familiar; las maneras de intentar alegrarlo y acompañarlo (que es extra al cuidado), todo lo que te ha fortalecido el trayecto, uno que aunque te angustie, no te paraliza.
Esto es la esencia de un cuidador, más tu marca personal, lo que tu le aportas y buscas para el bienestar de quien cuidas, bienestar que debes y puedes procurar para ti misma (o).
Te invitamos a encontrarte con otros cuidadores, quienes sepan esto que te duele, esto que te pesa, pero que a veces (la mayoría de las veces) también te llena el corazón.
Un cuidador solo en su intimidad carga más que un grupo de cuidadores que se reparte y comparte las vivencias. No tienes que vivirlo sola (o).
Nosotros seguimos buscando construir un mundo sin estigmas, uno donde junto contigo, nos acompañemos en nuestros miedos, alegrías, tristezas, esperanza y desesperanza;, donde las cosas solo pasen sin ser juzgadas como buenas o malas, donde sigamos aprendiendo juntas y juntos de esta labor y este acompañamiento, para que cada persona que cuida en el mundo se sienta protegida y querida por su red.